La economía circular se convirtió en un término muy popular en los últimos años. Se considera la solución a la actual crisis medioambiental en el mundo, que es más grave que la pandemia y a veces pasa a un segundo plano frente a otros asuntos globales.
Como su nombre sugiere, este tipo de economía requiere un sistema continuo de producción y reutilización de recursos y residuos que se pueden emplear en muchos campos, desde la industria de alimentos gourmet (fashionable food industry), hasta la automotriz y la energética. Ya existen iniciativas en este sentido, aunque a pequeña o mediana escala.
El objetivo de la economía circular es interrumpir el ciclo clásico de producción – materia prima – transformación – consumo – residuos. En concreto, quiere aprovechar los residuos y reincorporarlos a la producción. Así, el ciclo es más bien el siguiente: materia prima – transformación – consumo – reutilización de los residuos en la producción. Y luego el proceso comienza nuevamente.
Este artículo examina los principales principios de la economía circular, explica por qué es tan importante para el mundo que nos rodea y también para las empresas, además de cómo se relaciona con las compras online y el ecommerce.
En primer lugar, el concepto de economía circular surgió como respuesta a la aspiración de un crecimiento sostenible ante la (sobre)producción y el (sobre)consumo de los recursos naturales. Hasta ahora, la economía ha funcionado principalmente con el modelo de adquisición-producción-eliminación, un modelo lineal por el que cada producto tiene una vida útil limitada, como se muestra a continuación:
Se utilizan materias valiosas en la preparación de alimentos, en la construcción de infraestructuras y edificios, en la fabricación de bienes de consumo o en el suministro de energía —básicamente, en todas partes—. Una vez que se consumen o dejan de ser necesarios, se eliminan como residuos. Sin embargo, debido al crecimiento de la población y al poder de compra, la demanda de recursos limitados es mayor que nunca y provoca la degradación del medio ambiente. Ahora es el momento de proteger esos recursos y dotar a las empresas de las herramientas adecuadas para incorporarse a un modelo de economía circular.
Podemos entender mejor el concepto de economía circular si nos fijamos en los sistemas vivos de la naturaleza que funcionan de forma óptima porque cada parte de ellos es un elemento de un todo. Los productos se diseñan intencionadamente para adecuarse a determinados ciclos de materiales, y estos tienen un flujo que mantiene su valor agregado durante el mayor tiempo posible y reduce los residuos a casi cero.
La transición hacia una economía circular requiere la participación y el compromiso de diversos grupos de personas. Esta transición sistémica se ve favorecida por los avances de las tecnologías de la información y comunicación, así como por los cambios sociales. De este modo, la economía circular puede crear nuevos mercados en respuesta al cambio de los patrones de consumo, pasando de la propiedad tradicional al uso, a la reutilización y al intercambio de productos, y puede contribuir a crear más y mejores empleos.
Aunque las compras por Internet eran un hábito muy popular antes de la pandemia, tal amenaza para la salud mundial las convirtió en una necesidad incluso para quienes se resistían a comprar a través de canales digitales. Cada vez son más los consumidores que comienzan a comprar online y descubren una gran variedad de plataformas de ecommerce entre las que pueden elegir para satisfacer todas sus necesidades. Con el paso del tiempo, los consumidores fueron tomando conciencia de lo que las compras impulsivas y la devolución de productos suponían para el medio ambiente: el aumento de la huella de carbono.
Además, de que los envases que las tiendas online proporcionan para sus productos se convierten en residuos y aumentan el impacto negativo sobre el medio ambiente. Esto también llevó a los consumidores a buscar activamente marcas que representen sus valores personales relativos a la sostenibilidad.
La reducción de los envases que se convierten en residuos, el uso de productos reciclables y la recogida en la tienda pueden ser de gran ayuda y constituyen un logro sencillo para muchos retailers. Algunas plataformas de ecommerce han comenzado a trabajar con la reventa de prendas de segunda mano y vintage. Entre los líderes en este campo se encuentran empresas como Vestiaire Collective, Farfetch y Depop.
Hay muchos factores que pueden hacer que una marca sea más sostenible, y las marcas tienen que demostrar que también están efectuando esfuerzos amigables con el medio ambiente. Dichos esfuerzos podrían consistir en encontrar formas de aprovechar el stock muerto, a veces denominados textiles recuperados en la cadena de suministros, o en ser transparentes en lo que respecta al proceso de la cadena de suministros de punta a punta.
A pesar de la sencillez de las ideas anteriores, no todos los negocios online contribuyen lo suficiente a reducir nuestro impacto en el mundo. Es importante considerar la posibilidad de formar parte de una economía más circular, sin embargo, no podemos dejar de lado las acciones necesarias para ayudar a nuestro planeta.