La economía colaborativa o economía compartida, como también quedó conocida, permite que las personas mantengan el mismo estilo de vida, sin tener que comprar tanto, lo que impacta positivamente la vida de millones de personas.
La idea que está por detrás de la economía colaborativa comprende cuestiones y tendencias como:
La especialista Rachel Botsman, autora del libro “O Que É Meu É Seu – Como o Consumo Colaborativo Vai Mudar o Nosso Mundo”, dice que la economía colaborativa contempla tres tipos posibles de sistemas de mercado, a saber:
Ocurre cuando un ítem usado pasa de un lugar donde no es más necesario a otro lugar donde es necesario. Se basa en el principio de la reducción, reutilización, reciclaje y redistribución de bienes.
Se basan en la compartición de recursos, tales como dinero, habilidades y tiempo.
Ocurre cuando el consumidor paga por el beneficio del producto y no por el producto en sí mismo. Tiene como base el principio de que lo que necesitamos no es un CD o un DVD, sino la música almacenada en el dispositivo. Lo que necesitan las personas es el agujero en la pared, no una taladradora. Ese modelo se aplica prácticamente a cualquier bien de consumo.
La economía colaborativa ya forma parte del cotidiano de las personas y le da sentido al comercio colaborativo.
El comercio colaborativo, a su vez, consiste en la utilización de internet para integrar los procesos de negocio de una empresa con eventuales aliados, proveedores y clientes. Es posible compartir:
Con ello, las empresas que utilizan el comercio colaborativo logran:
Si bien parezca conceptualmente complejo, en nuestro día a día el comercio colaborativo ha alcanzado proporciones épicas durante los últimos años, convirtiendo algunas startups en grandes players de mercado.
Son ejemplos de ello la empresa Uber, en la que el conductor comparte su tiempo y su vehículo en cambio de dinero, para atender a las necesidades de las personas que necesitan desplazarse.
Hay aún negocios locales como el sitio web brasileño Joanninha, en el que los padres logran intercambiar juguetes de sus hijos por juguetes de otros niños, y los sitios Vakinha e Catarse (crowdfunding), que ayudan a recaudar donaciones (financiamiento colectivo) para causas, propósitos y proyectos.
En el ámbito corporativo, las ramificaciones de la economía colaborativa son las más diversas, y pueden vincular permutas contractuales, intercambios de servicios entre las empresas, contratación de servicios colaborativos, etc.
Una aplicación práctica es el uso del comercio colaborativo para las entregas de mercancías vendidas en el e-Commerce. En esa situación, una empresa que realizar las entregas decide no contratar una transportadora tradicional con flota propia y contrata un servicio en el que la transportadora usa los principios de la economía colaborativa para retirar las mercancías y realizar las entregas.
Con el adviento de la economía colaborativa, las organizaciones tuvieron que adecuar sus modelos de gestión para soportar el desvío dinámico y no tan formal de las relaciones. Esto impone cambios en los procesos de negocio, en las instancias de los departamentos y en los controles internos, para evitar fraudes y asegurar compliance.
Para viabilizar el comercio colaborativo, las empresas pueden integrar sus sistemas ERP, compartir o complementar negocios e información para volverse más fuertes en conjunto, frente a los principales competidores.
Un buen ejemplo es una tienda de autopiezas que, para ganar la vanguardia de su mercado, debería tener stocks, por ejemplo, de todos los retrovisores, de todos los colores, de todas las versiones, de todos los modelos, de todas las marcas de coches. Esto es prácticamente imposible desde el punto de vista logístico y financiero.
Sin embargo, es posible integrar sistémicamente todos los stocks de todos los fabricantes e importadores de retrovisores, y con ello esa tienda de autopiezas puede alcanzar la profundidad de stocks necesaria para atender las demandas generales de retrovisores. Ese modelo es aplicable a la expresa mayoría de los comerciantes minoristas.
Ese es tan sólo un ejemplo de cómo los principios de la economía colaborativa están cambiando los paradigmas de muchas décadas, en las que el minorista estaba obligado a comprar las mercancías, esperar su recepción, registrar su entrada en los stocks y sólo después empezar a comercializar las mercancías para sus consumidores.
Los sistemas ERP, a su vez, están pasando por profundos cambios para soportar tales cambios de mercado. Los tradicionales sistemas ERP monolíticos y los sistemas legados no están preparados para gestionar, en forma consistente, los procesos inherentes a la economía colaborativa y enyesan los negocios.
En el libro “Sistemas ERP na Omniera – Inteligência no planejamento, na gestão e na operação de negócios” se demuestra una nueva clase de sistemas de gestión, que fueron idealizados para Omniera y que ya soportan tales modelos y generan resultados innovadores para las empresas.