Éste es el cuarto artículo de la serie La Revolución de los sistemas de gestión impuesta por la Omniera. Hasta aquí, hemos hablado sobre cómo ocurrió esa revoluciónel advenimiento de la economía colaborativa y la aplicabilidad del Big Data en los negocios.


En este artículo, vamos a tratar del impacto que Internet de las Cosas promoverá en los negocios.


Introducción


Internet of Things, o en castellano, Internet de las Cosas es el concepto de objetos cotidianos, desde máquinas industriales hasta dispositivos portátiles que utilizan sensores para aunar datos y actuar a partir de esos datos a través de Internet. Se trata de una revolución tecnológica que conecta aparatos electrónicos a Internet a través de sensores wireless [inalámbricos], permitiendo el acceso remoto a esos aparatos.


Sería posible, por ejemplo, en un hogar, accionar el aire acondicionado del salón, encender el televisor y encender las luces, incluso antes de llegar a casa, desde una aplicación en el smartphone. Sería posible, en contrapartida, que los aparatos electrónicos transmitieran a la aplicación alertas sobre eventuales fallas de funcionamiento en la máquina lavadora, defecto en la nevera, en el lavavajillas o en el portón electrónico. El principal propósito de Internet de las cosas es hacer más simple y eficiente la vida.


Ese nuevo paradigma tiene impactos profundos sobre la manera como vivirán las personas, cómo van a lidiar con las cuestiones cotidianas y cómo las empresas van a tratar sus empleados, clientes, aliados y proveedores. Esto puede incluir un nivel de automación que la humanidad no ha visto nunca.


Por otro lado, las maneras de planificar y gestionar un negocio serán cada vez más desafiadoras, ya que con la cantidad de posibilidades que abre Internet de las cosas, habrá nuevos escenarios a gestionar con mucho más frecuencia que en la actualidad. Además, los tradicionales modelos de negocio no serán suficientes, causando la necesidad de renovación de tales conceptos en las empresas.


IoT: origen y ejemplos actuales


El término Internet of Things fue acuñado al final de los años 1990 por el empresario Kevin Ashton. Ashton es uno de los fundadores del Centro Auto-ID en el MIT – Massachusetts Institute of Technology, uno de los mayores centros de tecnología e investigaciones del mundo, ubicado en Cambridge, Massachusetts, en Estados Unidos. Él formaba parte de un equipo que descubrió cómo conectar objetos a Internet a través de una etiqueta RFID, y utilizó el término Internet de las Cosas por primera vez en una presentación en 1999. Internet de las cosas, por lo tanto, se remitía al uso de un identificador por radiofrecuencia y un sensor de red inalámbrico, aunque no se limita a esto.


Lo que al final de los años 1990 era tan solo una iniciativa embrionaria, hoy ha ganado cuerpo rápidamente. Actualmente, ya existen diversas iniciativas, como el prototipo de un vehículo que promete reinventar el interior de los coches: al entrar en un coche con esa tecnología, una cámara hará el reconocimiento facial del conductor con el propósito de ofrecer información sobre su cotidiano, como recomendar músicas y recibir orientaciones para accionar el mapa con GPS en el salpicadero del vehículo.


En el caso de que el sistema no reconozca el conductor, él saca una foto y envía la información al smartphone del propietario del vehículo como forma de evitar hurtos. Éste es el ejemplo de vehículo que pronto estará disponible en el mercado utilizando Internet de las cosas para ofrecer accesorios más inteligentes.


Otra iniciativa que ya está bastante madura convierte la aplicación de IoT en un dispositivo de economía y agilidad en la prestación de servicios. Dos empresas desarrollaron un sistema inteligente y online para monitorear los ascensores de condominios corporativos y residenciales. En los ascensores se instalan dispositivos que conectan cada ascensor a Internet, y finalmente a una empresa de monitoreo. La intención de la iniciativa es proveer asistencia en tiempo real y evitar accidentes con mantenimientos preventivos en los ascensores. Esa iniciativa resulta en una expresiva reducción de costo para monitoreo de los ascensores y es un excelente ejemplo de aplicabilidad de la Internet de las Cosas de forma comercial.


Se encuentra también la iniciativa de la creación de bombillas LED inteligentes. Esas bombillas podrán configurarse a través del smartphone para encenderse, cambiar la intensidad de la luz y cambiar los colores de la iluminación, dejando más cómodo el ambiente para cada situación – todo ello a distancia.


Actualmente, incontables dispositivos están siendo conectados a Internet, y hay muchos beneficios económicos en esa práctica. A continuación, usted conocerá algunos ejemplos del impacto que Internet de las cosas aportará a algunos segmentos:


Hospitales y clínicas


Pacientes pueden utilizar dispositivos conectados que miden los latidos cardíacos o la presión sanguínea, por ejemplo, y los datos recogidos pueden enviarse en tiempo real al sistema en la nube que controla los exámenes. La información puede almacenarse automáticamente en la historia clínica (en la nube) para consultas futuras, o dependiendo del resultado del autoexamen puede retransmitírsela al médico responsable el paciente, para acciones más urgentes, como la solicitud de apoyo clínico.


Agronegocio


Sensores esparcidos en plantaciones y cultivos pueden brindar información muy precisa sobre temperatura, humedad del suelo, probabilidad de lluvias, velocidad del viento y más informaciones esenciales para el buen rendimiento del cultivo. Asimismo, sensores conectados a los animales de creación logran ayudar, por ejemplo, en el control del ganado – un chip puesto en la oreja del animal realiza su rastreo y almacena el historial de vacunas y laudos veterinarios.


Fábricas


Internet de las Cosas puede ayudar a medir en tiempo real la productividad de máquinas o señalar qué sectores de la fábrica necesitan más equipamientos, suministro, cuáles están averiados, pasando por mantenimiento preventivo, en setup, etc. El resultado de esos indicadores, recogidos a distancia, a partir de dispositivos y máquinas conectados a Internet agilizará la toma de decisiones cruciales para el mejor desempeño y productividad de las fábricas.


Supermercados


Estanterías inteligentes pueden informar en tiempo real cuándo determinado artículo está comenzando a faltar, qué producto ha tenido menos salida, cuáles pueden exigir la reposición de la mercadería en el supermercado, señalar la necesidad de creación de promociones, cambiar automáticamente los precios en los más variados canales y puntos de venta dentro de los supermercados, etc.


Transporte público


Los usuarios del transporte público pueden saber por su smartphone o por pantallas instaladas en las paradas de autobús o en las estaciones de metro y ferrocarriles cuál es la ubicación del transporte. Ese tipo de sensor instalado en los autobuses, ferrocarriles y metros puede ayudar también a la empresa responsable del servicio de transporte a descubrir que un vehículo presenta defectos mecánicos, así como a saber cómo está el cumplimiento de horarios, lo que indica la necesidad o no de reforzar la flota.


Logística


Datos de sensores instalados en camiones, contenedores e incluso cajas individuales, combinadas con información del tráfico y temperatura, pueden ayudar una empresa de logística a determinar las condiciones en las que están las mercaderías que se están transportando, especialmente cuando se esté lidiando con mercaderías sensibles al clima y con pedidos que causan grandes impactos financieros si se retrasan.


Servicios públicos


Sensores en contenedores de basura pueden ayudar la municipalidad a optimizar la recolección de basura. Y coches inteligentes pueden conectarse a una central de monitoreo de tráfico para obtener la mejor ruta para aquel momento, así como para ayudar departamento de control de tráfico a saber qué vías de la ciudad presentan más tráfico en determinados momentos de pico.


Coches inteligentes


Por medio de sensores instalados en los vehículos, será posible entender y mejorar los flujos de tráfico, entender y reducir el consumo de combustible, priorizar horarios de reparación de vehículos e incluso salvar vidas.


Redes eléctricas inteligentes


Las compañías podrán usar sensores conectados a Internet para conectar, en forma más eficiente, los recursos renovables. Además, será posible mejorar la confiabilidad de la información proporcionada por el sistema de carga con base en incrementos de uso menores y más sostenibles, midiendo y corrigiendo, con más celeridad, anomalías en la utilización de los recursos eléctricos.


Sensores de monitoreo de máquinas


Estos sensores pueden diagnosticar y predecir problemas de mantenimiento pendientes, rupturas parciales a corto plazo, e incluso priorizar horarios del equipo de mantenimiento para reparaciones preventivas y / o urgentes de equipos.


Sistemas orientados a datos


Están construyéndose infraestructuras de ciudades inteligentes, haciendo más fácil para los municipios la ejecución de la gestión de residuos, la aplicación de la ley, la utilización de aplicaciones para actividades que generan ingresos para los municipios y de otros sistemas para hacer más eficiente la administración pública.


Conclusión


Grandes empresas como Dell, Intel y Samsung, por ejemplo, se unieron para estandarizar las conexiones en un grupo denominado Open Interconnect Consortium (OIC). Esas empresas tienen la intención de crear un protocolo común para asegurar el buen funcionamiento de la conexión entre los más variados dispositivos. Wi-Fi, Bluetooth y NFC serán recursos desarrollados por OIC.


También forman parte de esa iniciativa de estandarización, Atmel – empresa de micro-controladores; Broadcom – empresa de soluciones de comunicaciones tanto inalámbricas como no; y Wind River- empresa de software y tecnología embarcada.


Además de conectar personas y cosas, estamos preparándonos para un mundo en el que cuestiones banales y molestas puedan automatizarse para que haya tiempo para las cosas importantes. Con los registros de las cosas relevantes, será posible reducir, optimizar y ahorrar recursos naturales y energéticos, por ejemplo.


Los sistemas ERP ya están preparándose para conectarse a innumerables sensores y dispositivos para que puedan gestionar aún mejor las cuestiones cotidianas de las empresas por medio de Internet de las cosas y del poder de gestión que los sensores y dispositivos aportarán a las empresas.