Si tuvieras que enumerar cinco series de televisión o películas con personajes que se presenten como LGBTQIA+, ¿cuáles serían los primeros que te vendrían a la cabeza? Glee, Modern Family, Orange is The New Black y Pose son algunas de las posibles respuestas que pueden haber surgido, ¿cierto?
Si piensas en cuántos son personajes principales o cuántos están representados en el entorno laboral, algunas de estas series o películas quedan excluidas de la lista inmediatamente. Y la lista se reduce todavía más si buscamos personajes LGBTQIA+ que sean mujeres de raza negra, por ejemplo.
Estamos hablando de historias de ficción, actores que representan papeles escritos por guionistas para construir una historia inventada. Si hablamos sobre la vida real, nuestras vidas cotidianas, ¿cuántas personas de las que conoces en tu trabajo pertenecen a la comunidad LGBTQIA+? ¿Cuántas de ellas ocupan cargos de liderazgo?
Existen muchas preguntas y no esperamos que tengas todas las respuestas, aunque quisiéramos que, después de leer este artículo, sepas cuáles son las preguntas que debes formular para que haya un cambio.
El sentimiento de pertenencia, de ser reconocido y aceptado como miembro de un grupo es considerado una necesidad emocional del ser humano y está directamente vinculado con la construcción de su identidad, comportamiento, hábitos y gustos. Nos referimos a grupos en escuelas, deportes, religión, juegos en línea y también en el trabajo, entre muchos otros.
Al mismo tiempo, el sentimiento de pertenencia no se limita al hecho de estar en un grupo, per se. De hecho, es necesario que exista una participación activa y un esfuerzo de ambas partes a comprometerse con la causa de la comunidad y ayudarse mutuamente con los problemas que surjan, además de fortalecer la confianza y la conexión emocional.
Un estudio de la Universidad de Florida Central reveló que uno de los principales factores que impulsan la participación de la comunidad LGBTQIA+ en eventos relacionados es justamente el sentimiento de pertenencia, estar rodeado de esa comunidad y compartir una conexión de afecto.
Bien, durante tu infancia, ¿qué decías que te gustaría ser cuando crecieras? ¿Cuál era tu rol cuando jugabas con tus amigos? Ciertamente, algunas de tus respuestas están relacionadas directamente con los programas que televisión que mirabas, las historias que narraban tus familiares e, incluso, lo que hayas observado de tus padres y amigos más cercanos.
Si repitiéramos la misma pregunta en la actualidad, probablemente, la inspiración provenga de algunas figuras públicas debido a su trabajo, logros y metas. Pueden ser personalidades políticas, sociales, religiosas, que pertenecen a la empresa en la que trabajas, o de tu círculo de amigos o, incluso, celebridades.
El punto al que queremos llegar es el siguiente: los modelos y las influencias que recibimos en el transcurso de nuestra vida forman parte de la construcción de nuestra identidad, de nuestros sueños, metas, ideas y opiniones. Y, si en el proceso, no nos encontramos con personas parecidas, que compartan experiencias, frustraciones y ambiciones similares, sentimos que no hay espacio para nosotros, que necesitamos cambiar nuestra forma de ser o no seremos vistos, escuchados o reconocidos.
Según los investigadores del estudio que mencionamos anteriormente: «Si bien formar parte de una comunidad más amplia es importante, la conexión emocional y las experiencias compartidas entre los participantes del evento en forma individual generan más impacto».
El hecho de formar parte de una comunidad no desarrolla por sí solo el sentimiento de pertenecer a ella. Cada uno de nosotros modifica nuestro espacio al compartir experiencias e interactuar con otros miembros.
Si el sentimiento de pertenencia está directamente vinculado con compartir con otras personas del grupo, entonces, encontrar personas que forman parte del grupo LGBTQIA+ de manera abierta y en tu mismo entorno de trabajo indica que ese lugar es un espacio seguro.
Es esencial destacar que «formar parte de un grupo de forma abierta» no implica obligar a nadie a hablar sobre su sexualidad en público. Se trata de dar a los colaboradores la libertad de ser ellos mismos sin acciones o discursos vinculados a estereotipos o funciones.
Al ofrecer esta libertad, estamos precisamente en el camino hacia la destrucción de todos estos estereotipos y la confirmación de que ser un colaborador LGBTQIA+ no modifica el desarrollo del trabajo de ninguna manera, ya que tu equipo genera resultados y brinda soluciones.
Cuando contamos con influencias LGTBQIA+ en el entorno laboral, en particular, en posiciones de liderazgo, extendemos el sentido de pertenencia de modo que alcance a aquellos que no se sienten cómodos de pertenecer abiertamente a la comunidad y abrimos el camino para que reconozcan que se trata de un espacio seguro.
Más aún, torna tangible que otras personas que se identifican con ese líder, un día ocupen ese cargo. Durante esta trayectoria, seremos respetamos, aceptados y reconocidos.
Después de todo, si una empresa ofrece un espacio seguro internamente para la comunidad LGTBQIA+ (mediante la organización de debates, charlas y grupos de afinidad) y externamente, siendo un aliado en la causa, atraerá el interés de más miembros de la comunidad para unirse al equipo por comprender que se trata de un espacio inclusivo y seguro.
Para poner la cuestión en el contexto del trabajo, Catalyst divulgó una encuesta realizada por la Fundación Robert Wood Johnson en 2017, en la que 20 % de los trabajadores LGBTQIA+ de Estados Unidos entrevistados respondieron haber sufrido discriminación por su orientación sexual o identidad de género al postularse a puestos de trabajo ofrecidos. Es fundamental agregar que, de este total, 32 % son LGBTQIA+ de raza negra, mientras que 13 % son LGBTQIA+ de raza blanca.
La misma investigación muestra que los colaboradores transgéneros sufren diferentes tipos de discriminación, incluyendo preguntas incómodas o uso incorrecto de pronombres.
A fin de garantizar el bienestar de la comunidad LGTBQIA+, una empresa necesita contar con una política de inclusión, con una mirada atenta en el proceso de selección y retención de empleados que pertenezcan a este grupo y ofrecer los mismos beneficios a todos, así como las mismas oportunidades de desarrollo profesional y acceso a la información.
Reconocer quiénes nos influyen en el entorno laboral y buscar más representación en ellos es fundamental. Sin embargo, es importante recordar que también necesitamos ejercer nuestra influencia en nuestro objetivo de construir un espacio seguro, diverso e inclusivo.